domingo, 17 de mayo de 2015

"Mad Max: Fury Road": We Will Rock You


George Miller ni siquiera quería música en Fury Road, según cuenta el propio Tom Holkenborg. El vicepresidente de Warner Bros. contactó personalmente con Junkie XL para llevarle a Sydney a ver el primer borrador de Mad Max: Fury Road. El principio y el final ni siquiera estaban rodados, había horas y horas de metraje por aquel entonces y él estaba con jet lag, pero alucinó. Cuenta que él y Miller hablaron de números y matemáticas durante horas y que los dos tenían muy en cuenta las métricas en su trabajo: ahí se dieron cuenta de que iban a formar equipo. Si veníamos de las dos primeras bandas sonoras de Brian May y una tercera con Maurice Jarre, esta ronda no se queda sin su ración de themes de villanos y la balada de turno de la ópera rock, pero más a lo bestia.

El universo de
George Miller es un infierno que ha conocido el cielo y ha originado la represión más salvaje. Es tribal, sus miembros se tatúan, se pintan la cara, se saborea el metal en la boca, todo el mundo está como una cabra y los malvados llevan su propia percusión en directo y al guitarrista oficial del apocalipsis atado en el frontal de un camión de guerra. Esa figura tan característica cumple dos propósitos: provocar una imagen poderosa y presentar una música diegética que sale directamente de ese universo tan desquiciado, amplificando continuamente la sensación de inmersión. La música diegética bien implementada puede crear una comunión brutal con el espectador por unir sus dos cosmos, el que se sabe del compositor y el que reconoce como suyo propio cuando acepta el pacto de la ficción. La guitarra eléctrica que carga el Doof Warrior es el resumen perfecto de Fury Road: una chaladura tan bien hecha que abruma.


Un grado de locura tan excesivo como el de este patriarcado necesitaba una banda sonora muy ruidosa (ríete tú de Interstellar) que se equiparara al alud de sentimientos de los personajes. Lo arriesgado de su propuesta es esa música mastodóntica que desborda y se hace notar, con mucha percusión frenética, puntos electrónicos y sonidos industriales que evocan destrucción y mantienen el desierto irrespirable y peligroso. Por un lado la guerra, agresiva y caótica, donde Holkenborg incluye sonidos de animales y de motores dentro de los cortes para enfatizar lo primario; y por otro los anhelos de libertad y el lirismo de la orquesta, que llega atronando en la tormenta de arena y apenas se vuelve a escuchar. Al espectador se le da poca tregua, se le intimida y se le hunde con piedras en el universo Mad Max, pero hay pequeñas burbujas de oxígeno que lo alivian.

Las melodías orquestales que ha creado Holkenberg son tan dramáticas como los puntos álgidos de una ópera, pero se acaban muy rápido, en cuanto los personajes recuerdan que siguen pisándoles los talones y vuelven a sonar los tambores de la war party. Siempre que hay melodía restando presión, surgen líneas de diálogo o estamos en los ojos de algún personaje que intenta mostrar sus sentimientos, debilidades o fortalezas. En algún punto a mitad de camino, la banda sonora deja de lado la sensación de asfixia y el objetivo de incomodar al espectador para acompañar la acción de forma más descriptiva. Holkenberg se suma a la persecución y se lo pasa pipa narrando sangre y explosiones, pero ahí es donde juega un poco sucio: abandona lo más interesante de sus partituras envenenadas por líneas de dinamización mucho más mediocres o, al menos, poco personales.

Si hubiera querido (o le hubieran dejado) mantener el tipo, Fury Road habría sido igual de demencial a nivel sonoro que a nivel visual, pero también sé que Daft Punk tampoco contaron con una libertad creativa completa en Tron: Legacy y seguimos hablando de su disco como producto aislado. No sé si la banda sonora de Mad Max: Fury Road será o no memorable como producto, pero lo será en su conjunto, y aunque peque de tradicional en el último tramo, es de agradecer algo más "radical" que lo que tienen que ofrecer los mismos cinco o seis compositores de turno. Gracias por tanto, Fury Road.


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