viernes, 29 de agosto de 2014

Ariana Grande - My Everything: Baby Mariah ya lleva tacones

Ariana Grande se convirtió el año pasado en la primera artista femenina en debutar con el oro de Billboard 200 desde 2010 y, como dato relevante, esta chica abarca cuatro octavas y un semitono. El mismo rango que Christina Aguilera. Unas estadísticas bastante impresionantes si tenemos en cuenta sus 21 años (y su simpático metro y medio de estatura). Su paso por la pequeña pantalla con Victorious, la serie de Nickelodeon, ha predispuesto a una gran parte de puristas a rechazar su música, pero Grande asegura que sus influencias pasan su colador pop por los años 50 y 60. Si de aquí a unos años se marca un Back to Basics a lo princesa del pop, no digáis que no lo advertí.

Su primer disco, Yours Truly, se convirtió en una buena entrada a la industria, pero languidecía en consistencia. Al igual que su debut, My Everything aporta grandes dosis de azúcar, pero en él aparecen algunas fuerzas motoras que hasta ahora no habíamos visto. Ari, preferiblemente pronunciado como el que dice “la Jessi(e J)”, demuestra madurez sin parecer rígida o impasible, y encuentra una forma de seducir sin ser una Miley Cyrus vulgar, por cierto, de su quinta. Aunque el disco no sea esa transformación en la diva total que muchos esperaban, es un camino digno y bien trazado hacia él. Level up de carisma.
 


La potencia que puede alcanzar Ariana brilla más a las órdenes de Max Martin y sus acólitos, que firman los cuatro cortes más fuertes de esta secuela: "Problem", la pegadiza "One Last Time" y "Love Me Harder", el tema de regusto electrónico junto a The Weeknd que recuerda al "Do What You Want" de Lady Gaga y R. Kelly. Eso sí, éste sin letra y vídeo moralmente cuestionables. "Love Me Harder" salva una segunda mitad de disco más floja en la que no podían faltar, por supuesto, las baladas de manual Disney con gorjeos marca de la casa. Destacan "Why Try" con sus falsetes de locura y la homónima "My Everything", repleta de capas de armonías.

El segundo asalto está repleto de colaboraciones (Childish Gambino, Big Sean, A$AP Ferg, Cashmere Cat) que esconden la esencia de Ariana como músico. ¿Qué podrá ofrecer cuando construya su propia personalidad musical? Tiene un gran camino por delante, pero si lo hace bien, será un nombre a tener en cuenta para los que disfrutamos de las grandes voces con arreglos intimistas. A pesar de su condición irregular y de evidente búsqueda de sonido personal, My Everything es algo más que una novedad notable: donde antes veíamos un eterno pestañeo de ojos cursi y romanticón, ahora vemos a una chica que va encontrando su lugar, poco a poco y pisando sobre seguro.

Una cantante virtuosa, precisa, ágil y con influencias más que evidentes de Mariah Carey. De momento, My Everything nos sirve. No demuestra todo su potencial, pero ese soul noventero la pone en un muy buen lugar. Como casi-diva de una generación que ya nos queda un poco lejos, también serán apreciables los mensajes de fortaleza que rezuman sus temas amorosos. Porque algunas cosas pueden no cambiar, pero sí modificar levemente sus esquemas arquetípicos para ofrecer más luz a una era que la necesita. “Dear, I’m moving on.

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