viernes, 21 de septiembre de 2012

Obsesiones: "A Crime", de Sharon Van Etten


Algunas veces, un tema concreto va más allá de lo racional, lo objetivo y lo técnico. Letra, composición, complejidad o simplicidad, cualidades vocales del intérprete o incluso tempo; cualquier matiz puede llegar a mover esa canción por recovecos extraños de nuestra mente y convertirla en un bucle precioso y muy peligroso. En este caso, el próximo concierto de Sharon Van Etten en el madrileño Teatro Lara me ha hecho rescatar el primer corte de Epic (2010) y darle un número de escuchas poco salubre. "A Crime" es un tema corto y directo que condensa la "simplicidad" característica del género indie folk, pero añade un componente oscuro y fatalista que se aleja de su coetánea y glamourosa Cat Power de turno con guitarra en mano pero distanciada años luz del público. El segundo álbum de esta chica de Brooklyn es un lamento con reminiscencias a los Lemonheads de los noventa o a Fleetwood Mac, pero ha conseguido crear un tono original, hipnótico  y contemporáneo dentro de lo folkie, usando la maquinaria tradicional del género.

A Van Etten no le importa si te gusta o no te gusta su disco, porque está tan dolida y desencantada que lo único que quiere es que la mires embobado y proyectes tu vida emocional en sus temas, a medio camino entre la histeria y la rabia más pura, la asignatura favorita de una de sus maestras, Karen Dalton.  Hay algo especial en la voz de Van Etten; algo particular, alejado de lo que solemos esperar de una cantautora, y es que, en sus directos (gracias, Primavera Sound), su garganta escupe ira y no hay rastro de la artista curtida en la tradición del folk americano.

"A Crime" se encarga de presentar las intenciones de Epic y lo hace con solvencia. Últimamente estoy muy de desamores, pero la única manera que tengo de calmarme es arrastraros al fango conmigo. Los recuerdos (Because of all these triangles and squares / the memory we seem to share replays a distant love that plays my records wrong) son muy jodidos, y más si van acompañados de temores (By the time I get the courage I am drunk and you are tired) y corazones rotos. Esto podría convertirse en un buen blues.
Never let myself love like that again.

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