lunes, 7 de abril de 2014

Broad City, la comedia que salvará a los 'millennials'


Broad City es un soplo de aire fresco en la parrilla. En los dos últimos años, Girls ha intentado crear un retrato de los veinteañeros perdidos y narcisistas que somos los millennials, fracasando en la identificación con unos personajes fuera del alcance de su público objetivo; y Gossip Girl narraba la misma historia trasladada a los años de instituto y al Upper East Side más cotilla y banal. Hannah, Marnie, Shosh y Jessa son unas elitistas Carrie, Charlotte, Samantha y Miranda con diez años menos; mientras que Ilana Glazer y Abbi Jacobson son nuestros números rojos a final de mes.

Una serie tan radicalmente opuesta al resto de opciones dentro de su segmento demográfico televisivo tiene que jugar sus cartas, y el primer as es la economía: su particular forma de ver el mundo está amenazada por una situación social en la que cualquiera que no sea rico se convierte directamente en pobre. En Gossip Girl papá y mamá eran dos altos ejecutivos con sueldos estratosféricos, y las protagonistas de Girls pueden pagarse un piso en el centro de Nueva York incluso desempleadas, pero Ilana y Abbi malviven en Brooklyn con desagradables compañeros de piso que se comen su comida. A todos nos suena. En Broad City el dinero siempre es un problema. También nos suena.

Una serie sobre dos mujeres jóvenes y solteras que se buscan la vida en Nueva York también plantea unas ideas sobre feminismo, pero son unas enseñanzas que no se preocupan lo más mínimo por la semántica. Ilana y Abbi hablan sobre el dilema de compartir chicos, sobre lo incómodo de despertarse al lado de alguien que no conoces, sobre que los líos con dioses griegos no siempre son perfectos o sobre condones que se quedan en sitios indebidos. Cualquiera de estas charlas nos escandaliza más a nosotros, espectadores de lo que habitualmente han sido cuentos de hadas con tabúes, que a nuestras chicas. BC opta por una expresión feminista a la que no estamos acostumbrados: las situaciones reales del día a día, las conversaciones relajadas. Ellas ejercitan su igualdad sabiendo quiénes son sin gritarlo sobre una azotea. El mensaje parece más efectivo cuando le restamos solemnidad y un constante escrutinio sobre los personajes femeninos. Broad nos recuerda las muchas formas en las que se puede practicar el feminismo. Incluso limpiando la casa en ropa interior.

“Broad is like this full woman. [She] knows what she wants, knows who she is, and is doing the best she can.”

Broad City tiene la habilidad de hacer accesible lo inaccesible. Unos personajes tan abrasivos, exagerados y sin rumbo como Ilana y Abbi no parecen tener sitio en ninguna cadena, y mucho menos si sus comienzos parten de Internet, ese asesino de cultura para los que manejan los millones. Parecen tan "marcianas" y a la vez tan familiares que sacan a relucir lo mejor del espectador al que se dirige: la certeza de que fuera de que Serena haya vuelto a la ciudad o Charlotte tenga que cambiar de religión por su nuevo novio, la vida también puede ser divertida, surrealista, extravagante y pintoresca.

Le faltan algunos capítulos para terminar de asentarse y definir su estilo y sus intenciones, pero Parks & Recreation también necesitó una temporada completa para alejarse de The Office y ahora es una de las mejores comedias de la televisión. Brindo por esa actitud desvergonzada que nos devuelve al entretenimiento de evasión de calidad, por que algo aparentemente vacío, tonto y barato pueda hacer mucho más por el estado anímico de una generación que algo falsamente profundo, por el futuro de este diamante en bruto y por Amy Poehler, dueña y señora del Universo y nuestro corazón.

2 comentarios:

  1. ¿Qué tal vuestro lunes? Nosotras aquí, nada, lo de siempre... https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10152338126101718&set=a.10152325477606718.1073741826.343415306717&type=1&theater

    :___)

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