Pop infravalorado: 'Back to Basics' (I)

Bienvenidos, haters.

We're gonna set the mood / Gonna go back to an old school groove / Gonna rewind to another time / When the originators, innovators were alive.

Christina Aguilera empezó dependiendo de una discográfica que quería convertirla en una diva del pop adolescente (las típicas 'What a Girl Wants', 'Gennie in a Bottle'...) como lo fue Britney Spears a finales de los 90. La diferencia entre una y otra es que el bagaje musical de Aguilera se ha dejado ver a lo largo de los años y su personalidad ha roto con la poca libertad que le ofrecía su primer sello discográfico. Dejando de lado escándalos, meteduras de pata (muchas) y confusión de géneros musicales sin una idea definida en su trayectoria (ignoremos Bionic), Back to Basics (2006) es un homenaje a la música negra, y eso tiene más peso que los cotilleos. ¡Y para que yo diga esto...!

De Stripped salió uno de sus mejores temas con raíces soul: 'Walk Away'; para el tercer (doble) álbum decidió rendir tributo a Billie Holiday, a Otis Redding o a Coltrane. Porque, desde luego, Christina Aguilera hace pop, pero no uno sin profundidad. Este álbum conceptual recoge coros y orquesta, toques de jazz, blues, funk, R&B, órganos Hammond, sordinas y ecos de la Motown. 

Para la segunda parte de Back to Basics unió fuerzas con Linda Perry (Rockstar, Interscope) para componer los nueve temas. Marginando la electrónica, el carácter eminentemente acústico del repertorio es el que marca el patrón. Swing de los 50 en 'Candyman' (inspirada en las Andrews Sisters), el fonógrafo antiguo de 'I Got Trouble', mezcla de pop y gospel en 'Mercy On Me', fragmentos de "Hippy, Skippy, Moon Strut" de Moon People en 'Aint No Other Man'...

"Inventó su gloriosa marca musical propia del siglo XXI", es una producción "digna de respeto" según Entertainment Weekly y una "declaración artística" según Allmusic. No seáis burros y queredla, al menos por este álbum, o al menos porque lo dice EW.